El término “Nueva Era” típicamente evoca imágenes de cristales, alimentos naturistas, meditación y aun la famosa Shirley MacLaine y Walter Mercado. ¿Pero exactamente es de que se trata este movimiento y como afecta a la comunidad Cristiana?El querer explicar el movimiento de la Nueva Era no es una tarea fácil, simplemente porque se compone de personas que provienen de una extensa variedad de creencias y tradiciones independientes. Sin embargo, estos individuos comparten visiones y valores comunes que les permite colaborar entre ellos (mejor conocido como red) a fin de moldear a la sociedad de acuerdo a sus expectativas, de como debería ser el mundo. Ellos ya han hecho algunas incursiones importantes en las areas de educación, negocios, salúd pública y en menor grado dentro de la política y la ciencia. Los valores de la Nueva Era provienen básicamente del misticismo oriental, especialmente la creencia que todo ser es “uno” y que este “uno” es Dios, esto es conocido como monismo panteístico. Los miembros de la Nueva están comprometidos a la visión de un período venidero de paz universal y revelacíon que ellos llaman “la Era de Acuario,” donde la población mundial será compuesta esencialmente de los creyentes de la Nueva Era.Como una fuerza social creciente y una tendencia cultural el movimiento de la Nueva Era presenta un desafío no solamente al humanismo secular pero, en mayor grado a la fe Cristiana. En efecto el movimiento de la Nueva Era puede ser considerado un resurgimiento del paganismo que promueve una gran variedad de creencias y prácticas ocultas, incluyendo reencarnación, canalización y todas formas de adivinación.Sin embargo, Deuteronomio 18:9-12 nos explica claramente que Dios detesta y condena tales prácticas. Pero a pesar de estas advertencias muchos seguidores de la Nueva Era continúan combinando el mensaje de las Escrituras con la filosofía de la Nueva Era. Como miembros del cuerpo de Cristo, debemos de estar conscientes del peligro que representa este movimiento. También debemos de estar listos para responder a las mentiras de la Nueva Era con la verdad de la Palabra de Dios.