Haber vivido antes.  Gracias a personas famosas como Walter Mercado y Shirley MacLaine, la reencarnación se ha convertido en una palabra común y corriente.  Además de esto, ellos son parte de aquellos que afirmPocas personas hoy en día se sorprenden cuando oyen a alguien alegar an que aún la Biblia apoya la reencarnación.  Pero, ¿qué tan exacta es esta afirmación?La reencarnación afirma que la muerte es sólo una étapa en un ciclo en donde el alma eterna pasa de un cuerpo físico a otro.  Este ciclo de muerte y reencarnación continúa hasta que la persona finalmente alcanza un estado de perfección.  Para muchos, este incluye convertirse en “uno con el universo.”  ¿Puede ser encontrado en las páginas de la Biblia tal punto de vista?¡La respuesta es un NO enfático!  La reencarnación contradice evidente–mente el mensaje de la Palabra de Dios.  En esencia es un atentado que por esfuerzo propio se puede buscar salida de este mundo, por medio de un sistema de obras y de rectitud.  Esto es condenado por las Escrituras;  “(Dios) nos salvó, “ escribió Pablo a Tito, “no por obras de justicia que nosotros habíamos hecho, sino por su misericordia” (Tito 3:5; cf. Efesios 2:8-9).Además, la reencarnación se deshace de la originalidad y soberanía de Cristo.  Ya no es Jesús según nos dice Juan 1:29 “el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” ni el Mesías que se registra en Isaías 53 (cf. Juan 1:41) que es herido por nuestras transgresiones y molido por nuestros pecados.  En cambio, al punto de vista de la reencarnación se ven a los seres humanos como sanadores de sus propias heridas, esforzandose fuertemente para pagar una deuda que Cristo ya ha pagado por completo.La reencarnación es especialmente peligrosa porque niega la realidad del tormento eterno que resulta por el rechazamiento del regalo de salvación de Dios.  Promueve el mensaje que quedan oportunidades innumerables para adquirir un mejoramiento durante vidas venideras.  En contraste, la Biblia enseña explícitamente en Hebreos 9:27-28 que “está establecido para los hombres que mueran una vez, y después de esto el juicio.”  No hay retorno, no existen segundas oportunidades.Las Escrituras nos dice (Ec. 12:7) que al morir “el espíritu se vuelve a Dios que lo dió” y también (2 Cor. 5:8) nos dice que “el estar ausentes del cuerpo” es estar “presentes al Señor.”  Efectivamente, la esperanza del cristiano no está en la reencarnación del alma, sino en la resurrección del cuerpo (1 Cor. 15:42-55).