Un apologista cristiano responde a la actuación satánica de Sam Smith y Kim Petras en los Grammy

Author:

John Ferrer

Article ID:

JAF0223JFSP

Updated: 

Oct 3, 2023

Published:

Feb 13, 2023

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Traductor: Martín Bobadilla


Nota del editor: Aunque en el artículo y en el podcast relacionado no se habla de nada explícito, el tema de la letra de la canción Unholy y del vídeo musical original está clasificado como R.


Si viste los Grammy 2023, entonces probablemente viste el hit hipnótico pop blasfemo de Sam Smith y Kim Petras «Unholy». Esta canción ha dado mucho que hablar. Tiene más de cien millones de visitas y ganó un Grammy a la «Mejor Interpretación Pop Dúo/Grupo».

Musicalmente, se parece un poco al R&B mezclado con la danza del vientre. Su melodía de Oriente Medio y su ritmo contundente le confieren un encanto oscuro, mientras la letra cuenta una sórdida historia de excesos y adulterio. Un marido mujeriego descuida a su mujer y a sus hijos en casa y se escabulle a un club de striptease de género —«Body Shop». Cantada desde la perspectiva de las prostitutas del club, la historia está repleta de marcas de lujo, imágenes de preservativos y vívidas descripciones de desviaciones sexuales.

Visualmente, el vídeo musical y la actuación en directo en los Grammy retratan una especie de cabaret drag satánico, con los cantantes principales Sam Smith y Kim Petras como Satanás y una stripper, respectivamente. En el vídeo, el «Body Shop» se traduce en un club de striptease en la trastienda de un taller de chapa y pintura. Las bailarinas se amontonan unas sobre otras y se frotan y retuercen en éxtasis.

Abundan las alusiones al kink y a las orgías. La historia termina con el marido muriendo por sus pecados en un accidente de coche, mientras la mujer se quita el abrigo y la peluca para revelar que en realidad es un stripper masculino. En los Grammy, la historia se simplifica. Kim Petras se desmaya y canta en una jaula de stripper. La pirotecnia y las luces rojas crean un ambiente infernal, mientras los bailarines demoníacos adoran a un Sam Smith con cuernos de diablo. Esta canción tiene toda la sutileza de un motor a reacción.

En las redes sociales se puede observar una previsible división partidista. Los expertos de derecha airean sus quejas (con razón), mientras que la izquierda canta sus alabanzas, asegurándose de señalar que Sam Smith es gay y de género queer, y Kim Petras es una mujer transgénero (varón que se identifica como mujer).1

¿Qué pensar de este megahit? Con todo el revuelo que rodea a esta canción, invita a la crítica desde varios ángulos. Analizaremos aquí algunos de los más obvios. En primer lugar, nos preguntaremos si no se trata más que de una elaborada estratagema de marketing. En segundo lugar, si no es más que arte. En tercer lugar, nos preguntaremos si es satánico. Para responder a estas tres preguntas, abordaremos un cuarto ángulo, la ideología LGBTQ. Por último, nos preguntaremos qué sabiduría podemos extraer de esta canción. Está claro que no es solo una canción. Es un símbolo, tal vez incluso un himno. Y hacemos bien en no restarle importancia ni exagerarlo. Por el contrario, podemos practicar el discernimiento y extraer de ella ideas ministeriales sobre nuestro entorno cultural.

¿Es sólo una estrategia de marketing? Detrás de las luces llamativas y el cuero rojo, es fácil ver las maquinaciones de los estrategas de marketing. Parece una controversia coreografiada, como un número de baile bien ensayado entre libertinos de izquierdas y moralistas de derechas.

Se ha dicho que «toda publicidad es buena publicidad». En ese sentido, esta canción no decepciona. Es evidente que pretende ofender. Exhibe espectáculos de fuego, iluminación infernal, perversión de género y estética burlesca. Pero más que eso, es una blasfemia. Los números de baile son coreografías sexuales puntuadas por la señal católica de la cruz. Este gesto connota una especie de sacramento sexual blasfemo.

Sería demasiado simplista tachar esta canción de truco, de mero valor de choque. Claro que la polémica atrae multitudes, pero esta canción es más que eso. No es solo ofensiva. Es transgresora. Es una afrenta al cristianismo, al matrimonio tradicional, a la monogamia, al género binario, a la heteronormatividad, a la castidad, a la modestia. Y hace todo eso con un guiño y una sonrisa burlona. Saben lo que hacen. Se supone que debe molestar a la gente como tú y yo. Se supone que nos lleva a bloguear con ira en las redes sociales, dándole publicidad gratuita a costa nuestra. Mientras tanto, quedamos como luditas puritanos sin gusto musical.

No me malinterpreten, creo que esa estrategia de marketing está bien encaminada. Pero no creo que esta canción pueda reducirse enteramente a una estratagema de marketing. No podemos decir que es solo indignación orquestada, porque si eso es todo lo que querían, podrían haber conseguido una mayor respuesta poniendo a Sam Smith con la cara pintada de negro y a Kim Petras con un sombrero MAGA. Eso sí que habría sido valiente.

El objetivo no es simplemente ofender. Se trata de ofender a la gente adecuada. Es decir, ofender a la gente de la derecha. «Unholy» se comercializa estratégicamente para ofender a la gente adecuada celebrando la irreverencia, la positividad sexual y la práctica LGBTQ.2

¿Es sólo arte? Sea lo que sea esta canción, sigue siendo arte. Y esa puede ser su mejor defensa. Para quienes ven esta canción como un ataque desafiante contra la opresión y los entrometidos morales, suena a indignación artística.

Históricamente, la música ha sido a menudo un punto de apoyo para derribar la autoridad y transgredir los límites. ¿Quién puede pensar en el Movimiento por los Derechos Civiles sin el resonante estribillo de «We Shall Overcome»? ¿O pensar en la igualdad de la mujer sin escuchar a Aretha Franklin reivindicar «R.E.S.P.E.C.T.» (1967)? Sin duda, la Rusia comunista y Berlín del Este sufrieron las consecuencias del movimiento punk rock de los años setenta y ochenta. Me gusta pensar que el muro de Berlín cayó en 1989 al son de «¡We’re Not Gonna Take it!» (Twisted Sister, 1984). También podríamos notar el vaivén cultural en las caderas de Elvis, los sombreros de Liberace, los labios de Mick Jagger y los bates de Ozzy. La música, por lo menos, es poderosa. Tiene una larga historia de romper deliberadamente las normas culturales, para bien o para mal.

En este sentido, Sam Smith y Kim Petras no son nada nuevo. Desafían las normas morales sobre el matrimonio, la familia y la identidad de género, y lo hacen como una indirecta antirreligiosa a los conservadores cristianos. Pero la pregunta sigue siendo: ¿está todo esto justificado en nombre del arte?

Esa «defensa del arte» podría ser algo así:

Premisa 1: El arte puede ser una forma justificada de romper las costumbres culturales.

Premisa 2: Esta canción es arte.

Conclusión: Por lo tanto, esta canción está justificada para romper las costumbres culturales.

No voy a discutir las premisas uno y dos. No hace falta. El argumento no es válido. Tiene un término medio no distribuido. En pocas palabras, ninguna de las premisas se refiere a todo el arte. «Arte» es el término no distribuido aquí. Podemos explicar esta falacia con una pregunta que distribuya el término medio: ¿Está justificado todo lo que se hace en nombre del arte?

Está claro que no. El arte no justifica el asesinato, ni la violación, ni el sacrificio de animales. El mal sigue siendo el mal, incluso en forma artística. Lo mismo ocurre con los delitos menores y el «mal gusto». ¿Imagina que Smith y Petras utilizaran esta canción para declararse «trans-negros», o para celebrar a Cristóbal Colón, o para declararse provida? Es difícil imaginar que sus partidarios progresistas siguieran diciendo, «¡Es solo arte!».

En realidad, esta canción nunca fue solo arte. También es marketing, moda, entretenimiento y cultura. Es un comentario sobre la familia, la identidad, la ética sexual y la religión. Y es una declaración sociopolítica que respalda el movimiento LGBTQ. Sam Smith no deja lugar a dudas. Hablando de su3experiencia en esta canción, dice que se sintió «valiente al adentrarse en la alegría queer de todo ello», y «[s]e siente como una liberación emocional, sexual y espiritual».4 El resto del álbum (Gloria, 2023) refuerza ese mensaje. Sí, ese mensaje se enmarca en una pieza musical. Por lo tanto, puede ser ingeniosamente indirecto. Pero el mensaje llega alto y claro.

¿Es satánico? Si piensas que esto es lo que parece el satanismo, sólo tienes razón a medias. «Unholy» utiliza claramente imágenes satánicas infernales, pero comparado con el satanismo actual, es un dibujo animado. Las principales corrientes del satanismo actual niegan la existencia de cualquier diablo literal.5 Son ateos. Niegan cualquier reino sobrenatural, junto con todos los dioses, ángeles, demonios y diablos. Los satanistas de hoy en día suelen ser activistas liberales, humanistas, con un serio complejo de autoridad.6 Así que no es de extrañar que los satanistas dijeran de la actuación de los Grammy que estuvo «bien», que «no fue nada especial» y que «la ropa roja, el fuego y los cuernos del diablo… [ya] están pasados de moda».7

Pero «Unholy» no necesita vínculos formales con el satanismo para reflejar la esencia del satanismo, a saber, la autonomía radical.8 Identificada de forma variable con el «autodeterminismo», la «búsqueda del placer», el «camino de la izquierda» o incluso la «Rede (Consejo) de las brujas» (Haz lo que quieras), esta autonomía radical es el corazón palpitante del satanismo. Como explica una fuente, «los satanistas hacen hincapié en ser uno mismo, en la realización personal y en vivir la vida al máximo… siendo uno de los [principios] clave que los individuos son sus propios dioses».9 En ese sentido, el «Unholy» de Smith y Petra es satánico. Solo que no es único, ya que el satanismo absorbe casi toda la industria de la música pop.

¿Qué sabiduría podemos extraer de «Unholy»? «No hay nada nuevo bajo el sol» (Ec 1:9),10 y «Unholy» no es una excepción. Hacemos bien en esperar estrategias provocativas, depravación sexual e incluso blasfemia por parte de la industria del entretenimiento. San Pedro prevé en el siglo I que «muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío… Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia» (2P 2:2,10,14).

Como sabemos que se acerca, podemos «prepararnos para el impacto». Podemos estar preparados. Puede ser tan sencillo como cambiar de canal, saltarnos una canción o simplemente desconectar. A casi todo el mundo le vendría bien más música clásica y menos tiempo frente a la pantalla. Evitar no lo es todo. Pero es un paso importante hacia un acercamiento deliberado a los medios de comunicación. No podemos permitirnos ser receptores pasivos, tragándonos todo lo que nos dan.

A veces necesitamos un ayuno mediático. Tal vez deshacerse de su televisor. O darse de baja de un servicio de música o streaming. O tal vez evitar géneros de música o programas que, en su mayoría, no glorifican a Dios. El resto del tiempo, cuando no estamos ayunando, deberíamos estar a dieta. La desconcertante masa de basura y distracción no merece ni de lejos toda la atención que le prestamos.11 Nuestro dinero, tiempo y atención son votos de apoyo. Así que hacemos bien en apoyar solo aquellas causas en las que creemos.

Pero ¿qué pasa con Sam Smith y Kim Petras? Esas mega estrellas probablemente no están en tu esfera de influencia inmediata. No son probablemente tus «vecinos» en ese sentido. Aun así, podemos orar por ellos. Si amamos como Cristo, podemos encontrar verdades alentadoras que decir sobre ellos. No debemos burlarnos de ellos ni insultarlos. Han sido creados a imagen de Dios, como tú y como yo (Gn 1:26-28). Incluso cuando criticamos su comportamiento, sus creencias o su música, debemos hablar desde el amor y la compasión.

Mientras tanto, tenemos la responsabilidad permanente de vivir y amar como Cristo en nuestro hogar y en nuestras comunidades, y de guardar nuestros corazones (Pr 4:23; Ef 5; 1Ti 5; Tit 2). Guardar nuestros corazones incluye manejar la música y otros medios de comunicación con el discernimiento de un dietista. Utilizando el lenguaje de San Pablo, «Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad» (Flp 4:8).

John D. Ferrer (Doctor en Filosofía de la Religión, Southwestern Baptist Theological Seminary) enseñó durante seis años en la Texas Wesleyan University y en la Pantego Christianity Academy. Actualmente es profesor del Equal Rights Institute.

  1. Curtis M. Wong, “Sam Smith and Kim Petras Take Grammys to Hell with Fiery Performance of ‘Unholy,’ HuffPost Entertainment, February 5, 2023, https://www.huffpost.com/entry/sam-smith-kim-petras-grammys-2023-unholy-performance_n_63e06afae4b01a4363956e2a; “Satanic Smith: Watch Pop Singer Go Full Satan During Grammy Performance,” Sean Hannity, February 6, 2023, https://hannity.com/media-room/satanic-smith-watch-pop-singer-go-full-satan-during-grammy-performance/; Derrick Clifton, “Sam Smith’s They/Them Pronoun Backlash Highlights an Ongoing Cultural Disconnect,” Think, September 19, 2019, https://www.nbcnews.com/think/opinion/sam-smith-s-they-them-pronoun-backlash-highlights-ongoing-cultural-ncna1056136.
  2. La «positividad sexual» se define como una actitud permisiva y sin prejuicios hacia todas las expresiones y comportamientos sexuales consensuados, considerándolos todos como saludables. Para obtener más información sobre esto, consultar Hillary Ferrer y Amy Davison, Mama Bear Apologetics: Guide to Sexuality (Eugene, OR: Harvest House, 2021), 131–48.
  3. Sam Smith se identifica con los pronombres «they/them» (N. del T. ellos/ellas, que otros traducirían en español como elles»). Sophie Lewis, «Sam Smith Announces Their Pronouns», CBS News, 13 de septiembre de 2019, consultado el 10 de febrero de 2023 en https://www.cbsnews.com/news/sam-smith-pronouns-sam-smith-announces-their-pronouns-are-they-them-2019-09-13/. Sin intención de faltar al respeto, me refiero a Smith con el pronombre convencional «él» en aras de la claridad. Siendo un hombre biológico individual, Smith no es una pluralidad biológicamente neutral como lo sugieren el pronombre «ellos».
  4. Lea Veloso, “Unholy’ by Sam Smith and Kim Petras Lyrics Are ‘Liberating’ – Here’s How They Explore ‘Queer Joy,” Stylecaster, 5 de febrero de 2023, consultado el 8 de febrero de 2023 en https://stylecaster.com/unholy-sam-smith-kim-petras-lyrics/.
  5. Véase “Church of Satan vs. Satanic Temple”, The Satanic Temple (c.2014), consultado el 10 de febrero de 2023 en https://thesatanictemple.com/pages/church-of-satan-vs-satanic-temple.
  6. Explico esta caracterización más extensamente en «Satanic Lessons on Religious Freedom: A Review of Hail Satan?» Christian Research Journal, 28 de octubre de 2019 en https://www.equip.org/articles/satanic-lessons-on-religious-freedom/.
  7. Sam Smith and Kim Petras’ ‘Unholy’ Grammy Act Underwhelms Satanists», TMZ, 8 de febrero de 2023, consultado el 10 de febrero de 2023 en https://www.tmz.com/2023/02/08/sam-smith-kim-petras-unholy-grammy-performance-church-satan-underwhelmed/.
  8. There Are Seven Fundamental Tenets», The Satanic Temple (2014), dogmas 3-4, consultado el 10 de febrero de 2023 en https://thesatanictemple.com/pages/about-us.
  9.  Sam Smith and Kim Petras’ ‘Unholy’ Grammy Act Underwhelms Satanists», TMZ.
  10.  Todas las citas de las Escrituras están tomadas de la ESV. [Para la versión en español se utilizó la Reina Valera 1960 N. del T.].
  11. Discuto muchos ejemplos en John D. Ferrer, «Sabrina the Teenage Anti-Christ», Christian Research Journal, 11 de julio de 2019 en: https://www.equip.org/articles/sabrina-the-teenage-anti-christ/.
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