El escudo de la fe descrito por el apóstol Pablo en su carta a los cristianos de Éfeso es de suma importancia porque es la gracia “con la que podréis apagar todos los dardos de fuego del maligno” (Efesios 6:16). No se trata de una promesa incierta. Al contrario, es la certeza 

divina de que la fe nos capacita para escapar las mismísimas extremidades del mal. Pero, ¿qué es la fe? 

En primer lugar, la Biblia define la fe como “la certeza de lo que se espera y la certeza de lo que no se ve” (Hebreos 11:1). Así pues, la fe bíblica es un canal de confianza viva—una seguridad—que se extiende del hombre a Dios. Como tal, es el objeto de la fe lo que hace que la fe sea fiel. 

Además, la fe es la seguridad de que las promesas de Dios nunca fallarán, aunque a veces no experimentemos su cumplimiento durante nuestra existencia mortal. Hebreos 11 subraya el hecho de que confiamos en que Dios cumplirá sus promesas para el futuro (lo invisible) basándose en lo que ya ha cumplido en el pasado. Por tanto, nuestra fe no es ciega, sino que se basa directamente en la revelación de Dios y en su fidelidad demostrada. 

Por último, la fe no debe confundirse con el mero conocimiento. La fe auténtica es una forma de vida. No es estática, sino enérgica. Por la misericordia de Dios, recibimos energía “para hacer buenas obras, que Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas” (Efesios 2:10). Porque “como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta” (Santiago 2:26).

Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.

Santiago 2:14–17 LBLA 

Para un estudio más profundo, véase Hank Hanegraaff, The Covering: God’s Plan to Protect You from Evil [El Escudo: El Plan de Dios para Protegerte del Mal] (Nashville: W Publishing Group, 2002), capítulo 7; y Hank Hanegraaff, Christianity in Crisis: 21st Century (Spanish Edition) [El cristianismo en crisis: Siglo XXI] (Nashville: Thomas Nelson, 2009), segunda parte.