Aunque hablar de pecado se ha convertido en algo políticamente incorrecto, las Escrituras dejan claro que “todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23).
El pecado entró originalmente en el mundo como consecuencia de la caída, una caída que tuvo lugar en un principio en el reino angelical, posteriormente en la humanidad, y luego impregnó toda la creación. Desde el momento de la desobediencia de Adán y Eva, la humanidad ha tenido una predisposición al pecado (Romanos 5:19). Esto, por supuesto, no implica que la culpa de Adán fuera imputada a su posteridad. Más bien, todos sufrimos las consecuencias del pecado ancestral (Deuteronomio 24:16). Lo que nos lleva a preguntarnos: “¿Qué es el pecado?”.
En primer lugar, el pecado no es sólo el asesinato, la violación o el robo. El pecado es una enfermedad por la que dejamos de hacer las cosas que debemos y hacemos las que no debemos. En resumen, el pecado es una palabra que describe cualquier cosa que no cumple con la norma de perfección de Dios. Por lo tanto, el pecado es la barrera entre usted y una relación satisfactoria con Dios. Así como la luz y la oscuridad no pueden existir juntas, tampoco Dios y el pecado.
Además, el pecado es una barrera entre nosotros y los demás. Basta con leer el periódico para darse cuenta de la veracidad de esta afirmación. Vivimos en una época en la que abunda el terrorismo y en la que el mundo tal y como lo conocemos puede desaparecer instantáneamente por una agresión nuclear.
Por último, el pecado es la privación del bien. Como tal, el pecado se caracteriza por la carencia de algo más que por ser algo en sí mismo. Como ya se ha dicho, el pecado es una ruptura de la relación con Dios y con los demás, más que una sustancia ontológica.
Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;
Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.
Lávame más y más de mi maldad,
Y límpiame de mi pecado.
Porque yo reconozco mis rebeliones,
Y mi pecado está siempre delante de mí.
Contra ti, contra ti solo he pecado,
Y he hecho lo malo delante de tus ojos;
Para que seas reconocido justo en tu palabra,
Y tenido por puro en tu juicio.
He aquí, en maldad he sido formado,
Y en pecado me concibió mi madre.
He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo,
Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.
Purifícame con hisopo, y seré limpio;
Lávame, y seré más blanco que la nieve.
Salmo 51:1–7 LBLA
Para un estudio más profundo, véase Michael Pomazansky, Orthodox Dogmatic Theology [Teología Dogmática Ortodoxa], trad. y ed. Seraphim Rose (Platina, CA: St. Herman of Alaska Brotherhood, 2015).
Pecado es no hacer las cosas que deberíamos …
Pecados de omisión
No creer en Jesús (Juan 3:16-18; 6:29; 1 Juan 5:12)
No amar a Dios (Deuteronomio 6:4; Marcos 12:30)
No amar al prójimo como a uno mismo (Marcos 12:31)
No confiar en Dios (Proverbios 3:5; Isaías 26:4)
No adorar a Dios (Deuteronomio 6:13)
No honrar a Dios (Proverbios 3:9; Juan 5:23)
No honrar al Hijo (Juan 5:23)
No honrar a los padres (Éxodo 20:12)
No dar gracias a Dios en todo (Salmo 105:1; Romanos 1:21; 1 Tesalonicenses 5:18).
No glorificar a Dios (Salmo 34:3; Romanos 1:21)
No temer al Señor (Deuteronomio 6:13; Proverbios 3:7)
No hacer el bien que uno sabe que debe hacer (Santiago 4:17)
No comprobar las nuevas enseñanzas con las Escrituras (1 Tesalonicenses 5:21; Hechos 17:11).
No discernir y guardarse de los falsos maestros y profetas (Mateo 7:15-20; Hechos 20:28-31) No aprender y creer las Escrituras (Deuteronomio 6:6; 2 Timoteo 2:15)
No guardar la vida y la doctrina (1 Timoteo 4:16)
No pagar las deudas (Romanos 13:7)
No cuidar de los huérfanos y las viudas en necesidad (Santiago 1:20)
No defender la fe (1 Pedro 3:15: Judas v. 3)
No compartir el Evangelio (Mateo 28:19)
No honrar a los demás (Romanos 12:9)
No mantener el fervor (Romanos 12:9)
No servir ni dar (Romanos 12:9)
No vivir en paz (Romanos 12:18)
No tener la mente clara y estar alerta (1 Pedro 5:8)
No alegrarse (1 Tesalonicenses 5:16)
No orar sin cesar (Lucas 18:1; Efesios 6:18; 1 Tesalonicenses 5:17).
No orar por los creyentes (Santiago 5:16)
No perdonar (Mateo 6:15)
…y también, hacer aquellas cosas que no debemos.
Pecados de Comisión
Idolatría (Éxodo 20:3-6; Romanos 1:21-25; 1 Juan 5:21)
Blasfemia (Marcos 3:29)
Usar mal el nombre del Señor (Éxodo 20:7)
Codicia (Éxodo 20:17; Romanos 1:29; 7:7; 13:9)
Enseñar erróneamente (Mateo 23:15; Gálatas 1:8; Santiago 3:1)
Amor insincero (Romanos 12:9)
Hacer pecar a otra persona (Marcos 9:42)
Impureza sexual (Mateo 5:28; Romanos 1:24)
Adulterio (Éxodo 20:14; Hebreos 13:4)
Homosexualidad (Levítico 18:22; Romanos 1:26-27; 1 Corintios 6:9)
Ambición egoísta (Gálatas 5:20)
Ataques de ira (Gálatas 5:20)
Comercio de esclavos (1 Timoteo 1:10)
Mentir (Éxodo 23:1; Romanos 13:9; Apocalipsis 21:8)
Hipocresía (1 Pedro 2:1)
Embriaguez (1 Corintios 6:10)
Robar (Éxodo 20:15; 1 Corintios 6:10)
Hechicería (Deuteronomio 18:10)
Brujería (Deuteronomio 18:10)
Adivinación (Deuteronomio 18:10)
Interpretación de presagios (Deuteronomio 18:10)
Consulta a los muertos (Deuteronomio 18:11)
Astrología (Deuteronomio 18:9-13; Isaías 47:13-14)
Depravación (Romanos 1:29)
Envidia (Romanos 1:29; 1 Pedro 2:1)
Engaño (Romanos 1:29; 1 Pedro 2:1)
Asesinato (Romanos 1:29)
Pleito (Romanos 1:29)
Malicia (Romanos 1:29; 1 Pedro 2:1)
Chisme (Romanos 1:29)
Calumnia (Romanos 1:30; 1 Pedro 2:1)
Odiar a Dios (Romanos 1:30)
Insolencia (Romanos 1:30)
Arrogancia (Romanos 1:30)
Jactancia (Romanos 1:30)
Inventar el mal (Romanos 1:30)
Desobedecer a los padres (Romanos 1:30)
Desobedecer a las autoridades (Romanos 13:1-7)
Preocuparse (Lucas 12:22-32)